Premios para perros ¿Cuántos y cuándo debes dárselos?
Hoy hablaremos sobre golosinas o snacks para perros (como los que podéis encontrar en TiendaPerrosOnline.com), alimentos que son realmente muy utilizados en el proceso de adiestramiento de los canes por su gran utilidad, siempre que se usen de forma eficiente. Daremos las claves sobre qué tipos existen, cuánta cantidad es saludable para nuestra mascota y sobretodo cuándo debemos darle estos premios para que nos ayude en su proceso de aprendizaje.
Es importante dejar claro que las golosinas para perros no tienen nada que ver con las chucherías de los humanos. Como ya vimos en un artículo anterior, lo que para nosotros puede ser una delicia, como es el chocolate, los helados o alimentos con azúcar en general, para los perros puede llegar a ser muy dañino, incluso letal en algunos casos, por ello es tan importante que no «premiemos» o «mimemos» a nuestras queridas mascotas con golosinas que estén estrictamente creadas para ellos.
Tipos de premios para perros
Existen múltiples tipos de premios que varían en su forma y su sabor, así que no sólo debemos guiarnos por las preferencias de nuestro perro, sino que somos los dueños quienes debemos elegir correctamente el tipo de premio más conviene a nuestra mascota dependiendo de sus características físicas, aprovechando que el mercado es muy grande y tenemos muchísimas opciones donde escoger.
En concreto debemos tener en cuenta su edad (si es un cachorro, ya que hay premios específicos para edades tempranas, si es un adulto o si es un perro senior) y su peso (no en cuanto a si es un perro pequeño o grande, sino más bien si se encuentra en un peso adecuado para su tamaño, si tiene sobrepeso o si por el contrario está por debajo del peso que debería tener).
Existen premios para perros hechos de todo tipo de alimentos (de pollo, de cordero, de pavo, de pato, de cerdo, de pescado…) y las formas son aún más diversas (barritas, galletas, huesos de cuero…) ¡Imaginación al poder!
Si nuestro perro tiene alguna dolencia o carencia, aconsejamos elegir un snack que no sólo sea un excelente complemento nutricional, sino que también ayude a mejorar de forma específica algún aspecto de su salud, por ejemplo, reforzando su nivel de calcio, su nivel de vitaminas (A y B para reforzar sus defensas y mejorar su pelo y su piel, C y D para fortalecer sus huesos, E antioxidante contra el envejecimiento, K para su sistema circulatorio,…) o mejorando su salud bucal, eliminando el sarro y evitando el mal aliento.
Cantidad y frecuencia
Darle premios para perros es muy positivo si sabemos dosificarlos de forma correcta, pero puede ser dañino si nos excedemos en la cantidad y la frecuencia. Pon especial atención si tu perro:
- Es un cachorro: Existen premios específicos muy equilibrados para los más pequeños.
- Tiene sobrepeso: Debemos reducir la cantidad y la frecuencia, además de elegir premios con bajo contenido en grasa y azúcares.
- Tiene alguna dolencia o alergia: Debemos revisar muy bien los ingredientes de los premios antes de elegir uno para no poner en peligro la salud de nuestra mascota. Ante la duda, lo mejor es consultar directamente con su veterinario.
No es bueno que utilicemos los premios para perros como alimento principal, ni siquiera como complemento frecuente a su dieta principal. El perro debe entender que recibe esta golosina sólo por recompensa a la acción que acaba de realizar y no por costumbre. No pasa nada si en algún momento le damos a nuestro perro un snack como simple muestra de afecto entre perro y dueño, pero el perro normalmente no necesita una golosina para saber que le queremos y le cuidamos, será mejor si en vez de dedicarle un premio en forma de snack, le dedicamos un premio mucho mejor: nuestro tiempo para jugar con él.
¿Cuándo dar premios a nuestro perro?
Los premios para perros son una herramienta perfecta para reforzar buenas conductas. Su adiestramiento será fundamental durante las primeras etapas de su vida, pero también en la edad adulta, por lo tanto podemos utilizar los snacks para ayudar a un aprendizaje más rápido.
Los perros aprenden a base de repeticiones, pero no siempre que haga algo de forma correcta debemos darle un premio, sino que también debemos combinar la recompensa con muestras de afecto como caricias y buenas palabras. Porque el problema es que si por ejemplo, cada vez que le ordenamos que se siente y lo cumple, le damos un premio, llegará un momento en que relacionará ambos conceptos como «acción-reacción» y automáticamente cuando escuche la orden de sentarse empezará ya a salivar esperando su premio.
No debemos convertir a nuestro perro es un animal caprichoso, así que debemos evitar darle comida en lugares y momentos en los que no debería comer. Mientras cocinamos, abrimos la nevera o los armarios de la comida, es frecuente que nuestro perro nos persiga impaciente «por si cae algo», pero es un momento en el que no se ha ganado el premio, así que no debemos ceder ante sus carantoñas de ansia, ya que entenderá que perseguirnos por la cocina a la hora de comer «es algo positivo»… y evidentemente no lo es. Este tipo de errores es frecuente, pero está claro que si exigimos autocontrol a nuestro perro, lo primero y principal es tener también nosotros autocontrol y no mandarle mensajes confusos o contradictorios, ya que así no aprenderá nunca a portarse bien.
Debemos tener constancia y paciencia, ya que nuestro perro no va a aprender una orden en 10 minutos. Lo mejor será que establezcamos una rutina diaria de adiestramiento para que aprenda de forma rápida y sobre seguro.
En cuanto a los castigos, NUNCA debemos utilizar la violencia, ya que volverá a nuestro perro miedoso o incluso agresivo, y esto es totalmente contraproducente. Decirle un «No» rotundo en voz alta acompañandolo de un gesto clave (como señalarle con el dedo índice), será suficiente para que entienda que lo que ha hecho está mal.
Tanto las recompensas como los castigos deben realizarse en el momento exacto en el que el perro realiza la acción buena o mala, ya que no relacionan conceptos a largo plazo como sí lo hacemos los humanos. Si en nuestra ausencia, nuestro perro muerde y destroza un cojín, por ejemplo, cuando al volver le «echemos la bronca» por lo que ha hecho, sólo entenderá que estamos enfadados con él, pero no sabrá porqué y simplemente sentirá tristeza. Por eso es tan importante que el adiestramiento comience desde bien cachorros, ya que aprenderán con mayor rapidez y se adaptarán mejor a nuestras costumbres. Aún así, nunca es tarde e incluso un perro anciano puede aprender, con amor, premios y kilos de paciencia.
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